domingo, mayo 6

Operación Gran Bazar


El conflicto internacional se estaba prolongando demasiado. La cúpula militar y el gobierno eran conscientes de ello y por esa razón habían decidido asestar un golpe de mano, contundente y definitivo, que obligaría al enemigo a replantear sus estrategias bélicas y, muy probablemente, les empujaría a la firma definitiva del fin de las hostilidades.

La misión consistía en invadir el sector sur de la ciudad enemiga, tomando el control del Gran Bazar expulsando de allí a las tropas enemigas que habían convertido el lugar en un bastión de resistencia muy peligroso. Se tenía constancia de que la zona estaba controlada por patrullas hostiles bien organizadas equipadas con armamento de última tecnología militar. De esta forma se decidió enviar a la patrulla Charly, integrada por Jerys, un coronel con una estrella al servicio equipado de asalto y con conocimientos médicos; Kirtast, un sargento de primera equipado de apoyo; y Batalyaws, otro coronel con dos estrellas al servicio equipado de apoyo y con conocimientos médicos avanzados. Eran una patrulla de renombre. Habían realizado excelentes misiones durante la guerra y se confiaba plenamente en ellos para resolver la situación.

El Gran Bazar era un entramado urbano realmente complejo. Encuadrado entre largas avenidas se vertía una complicada red de callejuelas, recodos estrechos, callejones y pasajes comerciales que desembocaban en un mercado no muy amplio plagado de puestos comerciales y pequeñas casas que ahora estaban abandonadas. El paisaje y la función que ofrecía ahora el Gran Bazar no eran los habituales, sino que toda la red urbana había sido tomada por las patrullas enemigas y lo habían convertido en una verdadera fortaleza militar prácticamente inexpugnable.
            
El transporte GAZ-3937 VODNIK se detuvo en las inmediaciones de la gran avenida del Gran Bazar a la 01.35 de la madrugada. La patrulla Charly bajó del vehículo y se puso en marcha. Kirtast abría la marcha, le seguía Batalyaws y Jerys. Silenciosos, corrieron por los soportales de una de las avenidas. Se acercaban al corazón del Gran Bazar. Había empezado la Operación Gran Bazar.
          
  -He avistado un vehículo que podríamos utilizar. Se trata de un BMP-2M, aparentemente no está vigilado.
          
  -Recibido Batalyaws. Intentaremos apoderarnos del vehículo. Kirtast nos cubrirá.
           
Comenzaron a avanzar hacia el objetivo. Corrieron hasta un muro, lo flanquearon. Saltaron un parapeto y llegaron a una pequeña plaza comercial. El silencio pesaba en el ambiente combinado en una densa mezcla con la tensión reinante.  
            
-¡Hostia puta! ¡Granada!- El aviso de Jerys había sido instantáneo al oír el sonido metálico del artefacto contra el asfalto.
            
Ambos soldados se lanzaron al suelo, saltando lo más lejos que pudieron, a la par que la granada explosionaba haciendo saltar por los aires multitud de astillas y lascas de metal al destrozar parte de las estructuras que había en la plaza. Kirtast abría fuego contra algunos objetivos que se movilizaban por las calles. Jerys y Batalyaws aprovecharon el fuego de contención consiguiendo alcanzar el vehículo. Batalyaws tomaba el control del BMP-2M y manipulaba su cañón; Jerys hacía lo propio con la ametralladora ligera del blindado. Kirtast corrió hacía ellos sin cesar de disparar hasta conseguir introducirse en el vehículo.
            
-¡Empieza la fiesta! ¡Vamos a darles caña!
            
El BMP-2M hizo un buen trabajo. Pero nuestros soldados pronto se dieron cuenta que semejante vehículo se volvía inservible al no poder penetrar por las estrechas y angostas calles del Gran Bazar. Bajo un intenso fuego abandonaron el blindado. A la carrera se introdujeron por una callejuela dentro de la compleja red de calles estrechas y callejones. Tomaron posiciones en un entrante que cumpliría las funciones de pequeño almacén antes de que estallara la guerra.
            
Lo que aquella noche ocurrió allí solo puede ser recordado con total viveza por aquellos que lo vivieron. Toda descripción se queda corta con respecto a lo que aquellos soldados vivieron esa madrugada. El sargento Kirtast, en cuerpo a tierra, abría fuego contra todo el que aparecía; Jerys no cesaba de abatir enemigos que intentaban acceder al almacén desde calles cercanas; y Batalyaws acribillaba a balazos a todo enemigo que intentaba eliminar a la patrulla.
            
La batalla que el Gran Bazar vivió fue cruelmente encarnizada, manteniéndose en tablas hasta altas horas de aquella madrugada sangrienta. Pero finalmente el caprichoso destino quiso que la balanza se inclinara por uno de los dos bandos.
            
-¡El enemigo se acerca! ¡Vienen corriendo por el callejón y desde la plaza del mercado!- Kirtast avisaba a voz en grito mientras disparaba sin descanso. Concentrado en no dejar de abrir fuego de contención no se daría cuenta de que otra oleada de soldados enemigos se vertía por uno de los pasillos laterales. Una ráfaga de ametralladora acabó con su vida. Jerys corrió para intentar salvarlo, pero inesperadamente irrumpieron en el viejo almacén numerosos soldados enemigos por los dos accesos del edificio. El coronel abatió algunos, pero irremediablemente perdió la vida afectado por la explosión de una granada que detonó cerca y por disparos de escopeta. El otro coronel, Batalyaws, intentaba resistir y cubrir a sus compañeros, pero era demasiado tarde. Murió cosido a balazos de ametralladora ligera.
            
La operación Gran Bazar había finalizado.

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Dedicado a mis compañeros de Battlefield 3. Por esas partidas memorables y épicas que inspiran relatos como este y que evocan recuerdos muy agradables.

Magister