lunes, mayo 2

El escondite

Desde hace años, un gran número de los países occidentales, tras producirse un terrible atentado terrorista, decidieron empezar a jugar al escondite con el autor de tales atentados. -Será muy entretenido- decía el que organizó el juego. -Yo jugaré solo, en contra de todos, y vosotros formaréis equipo para encontrarme- decía señalando a los países occidentales-. De esta forma, el terrorista se escondió y el juego empezó. 
-¡Por el terrorista!- gritaban algunos. Pero al final resultaba que no se trataba de él, y a quien descubrían era a alguno de sus secuaces que le facilitaban el escondite. -¡Mierda! Tampoco es él...- mascullaban presos de la frustración. -Qué aburrimiento de juego. No paramos de destruir y el tío este no aparece... Además, mírale ahí en televisión, mandando mensajes de que sigue queriendo jugar con nosotros, como si fuéramos unos inútiles por no encontrarlo y se quiera reír de nuestra incompetencia-. Y así era. De vez en cuando el terrorista gritaba un profundo y enérgico "¡Marco!" y occidente le respondía de igual manera y al unísono con un sonoro "¡Polo!" para ver si así lo encontraban. Pero el juego se alargaba y aquello resultaba aburrido, aunque todos se mantenían la mar de entretenidos. 
Pero hoy, por fin, uno de los integrantes del bando occidental y principal afectado por el atentado, gritaba eufórico y lleno de entusiasmo: -¡Por el terrorista! ¡Por el terrorista!- Y con gran alboroto mediático anunciaba que por fin el juego acababa. Según contaba, la cosa se había complicado: "Lo vi que estaba escondido en una casa y empecé a gritarle que había perdido, pero el muy cabezón decía que no mientras corría. ¡Ten cuidado! le grité, pero el desgraciado se tropezó y se calló al mar". -¿ Entonces, no hay cuerpo?- preguntaban los demás. -Que va, que va, imposible de tenerlo. Pero como soy mas poderoso que todos vosotros juntos, os calláis y me creéis, ¿entendido?- 
Y así se acabó el juego del escondite. Un final agridulce para todos los amantes de este divertido juego.



Magister 

2 comentarios:

pedrojescritor dijo...

Una cosa es del todo cierta, no es más que un juego, un juego que consiste en hacer creer a la población mundial lo quieran. El juego es con nosotros, no con Bin, que es (¿o era?) un mero actor.
Saludos.

Unknown dijo...

No puedo estar más deacuerdo, aún estamos a la espera de más info sobre el tema...