lunes, octubre 15

EDV - La Europa Negra

Colonia Genovesa de Kaffa, siglo XIV. Europa se encontraba azotada por el poder arrollador de los ejércitos mongoles y ahora esta pequeña colonia se veía amenazada.

-Mi señor, han llegado medio centenar de habitantes de la colonia vecina pidiendo refugio tras nuestras murallas, tras haber sido su ciudad devastada por el ejercito mongol.- el capitán de las fuerzas de Kaffa centró su mirada en el horizonte y prosiguió hablando en un tono quedo. –Será cuestión de tiempo que los mongoles estén ante nuestros muros sedientos de sangre…

-No hay de que preocuparse joven capitán, haremos frente a la invasión enemiga. Intenta recaudar información preguntando a los refugiados.- El regente de Kaffa se incorporó y dirigió sus pasos a un inmenso mapa que representaba el continente europeo. Mientras lo ojeaba y deslizaba sus dedos por él prosiguió. –Ya que es en usted en quien más esperanzas tengo, le confío la defensa de Kaffa.

El capitán saludó al regente y sin más se dirigió presto a desempeñar las tareas que debía de realizar por mandato de su superior.

Al despuntar la mañana el capitán irrumpió en la sala de audiencias del regente para comunicarle la grave situación en la que se encontraban:

-¡¡Me ha sido imposible dialogar con los refugiados, mi señor!! ¡¡Todos, mi señor… todos están gravemente enfermos!!- Tras un fuerte ataque de tos y secarse de forma disimulada la sangre que brotó de su boca, recuperó el aliento y continuó con su trágico informe.- Pude hablar con los sacerdotes y curanderos que los atendían y me aseguraron que era muy difícil que salgan con vida. Puede tratarse de la terrieble epidemia de peste que azota el continente que acompaña a los mongoles-.

Aquellas palabras tornaron la cara del regente en asombro y desesperación. La orden fue clara: quemarlos antes de que la enfermedad se propagase.

Al poco, una humareda acompañada por el hedor a carne socarrada inundaba las calles de la ciudad.

Pasaron unas horas cuando unas campanas avisaban de la llegada de los ejércitos mongoles. Como un hormiguero cuando es atacado, los ejércitos defensores de Kaffa ocuparon posiciones. Las murallas se llenaron de arqueros y piqueros, y las plazas y avenidas se llenaron de regimientos de infantería. Entre los gritos y voces imperantes el capitán, fatigado y con mala cara, apareció a lomos de un caballo de un blanco puro seguido de una gran cantidad de jinetes. Éstos esperaron en la plaza delantera al palacio del regente mientras el capitán accedía al galope al anillo de muralla que lo protegía para contemplar al enemigo.

Sus ojos pudieron ver centenares de tropas que permanecían en formación; y fuera del alcance de los defensores, empezaban a levantar un campamento. Entre el bullicio reinante pudo ver que varias catapultas empezaron a participar el en el asedio, lanzando no piedras, sino cadáveres que desprendían un hedor a muerte y enfermedad. Enseguida comprendió lo que los mongoles pretendían. Los sitiarían y esperarían a que murieran infectados por la peste que aquellos cuerpos inertes traían en sus putrefactos cuerpos.

Tan rápido como pudo, el capitán corrió a informar al regente de Kaffa. Buscó por todo el palacio a su superior y ya, asustado, acudió a su aposento. Tras abrir la puerta pudo ver como el regente se encontraba postrado de rodillas en el suelo tosiendo broncamente y a cada ataque de tos escupía esputos sanguinolentos.

Un fuerte dolor abdominal sacudió al capitán, y un ataque de nauseas le hizo vomitar. Se sostuvo como pudo contra la pared, y entre sudores se dejó caer lentamente hasta sentarse en el suelo. El regente giró su cabeza lentamente hacia el enfermo y susurró:

-Demasiado tarde joven capitán. Kaffa caerá.- y convulsionándose entre sanguinolentas toses cayó al suelo retorciéndose de dolor…


La mente del joven estudiante volvió al mundo real tras acabar las líneas de la página del tomo que sostenía entre sus manos. Pasó rápidamente la hoja para leer:

“Llegada de la peste a Génova y su trágica difusión por Francia y España”

Magister

1 comentario:

Víctor dijo...

¿Seguro que has estado estudiando?
Muy bueno. Me ha encantado.