viernes, diciembre 17

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El soldado arrastró su cuerpo entre los escombros de aquella casa destrozada por los bombardeos. Sigiloso, se aproximó hasta su interior y se parapetó tras un muro de ladrillo que aún conservaba restos del empapelado de las paredes. Por todos lados se podían ver los impactos de bala, señal de las continuas reyertas que se producían en esa zona conflictiva. Eso a él no le asustaba. Estaba acostumbrado a ver todo aquello, e incluso había superado situaciones mucho más adversas. Decidido, asomó su cabeza y divisó al enemigo en unas ruinas justo enfrente suya... Abrió fuego, abatió a un par de enemigos y luego le volaron la tapa de los sesos... 
El muchacho blasfemó -¡Mierda! Otra vez muerto...- Abrió el menú y volvió a cargar la partida para arrastrarse de nuevo entre los escombros.

Años después le volarían la tapa de los sesos "jugando a la guerra", pero ya no habría nadie que abriera el menú de la vida real para cargar su partida. 

Magister

3 comentarios:

Javier Domingo dijo...

me gustó el giro que da el micro al final.
Un saludo,

Morticiaarias dijo...

Qué grande eres :)
Perdona que estuve un poco ausente, anduve teniendo vida social y por otro lado jugué mucho wow e hice muchas cosas con mi hermandad :D
Un abrazo, que tengas unas felices fiestas!!!

Eruriel Minai Oloori dijo...

Es impactante el final de tu escrito, muy impactante. No dejes de escribir, hasta otra. ^^